sábado, 26 de febrero de 2011

Al fin llegué

Yo todo lo que quería era escribir un poco. Pero después de varias pantallas para llegar hasta el editor, casi se me espanta la inspiración.
Bueno, creo que me cansé de leer de otros, no lo tomen a mal, es sólo que cuando uno quiere hacer algo diferente y la oportunidad se aparece...
He estado escribiendo últimamente para alguien muy importante para mí. Pero como esa persona posiblemente nunca vea lo que estoy escribiendo, no lo voy a dejar en una gaveta (electrónica, ¡estamos en el siglo 21!).  He decidido colocarlo en un lugar donde alguien más lo pueda leer. Y quien sabe, quizás ella lo encuentre y lo lea.
Estas horas de la madrugada son chéveres para inspirarse. Bueno, que llevo despierto en mi cama alrededor de una hora. Pensando muchas cosas. Nada para estresarme, sólo pensando maneras de arreglar el mundo, y también de paso algunos de mis dilemas existenciales. Antes de que salgan los primeros rayos de sol y espanten la musa y la luz del dia atraiga a los pero y los porqué. Me dejaré llevar por los pajaritos y las palomas chachareando a estas horas (son madrugadores los tipos estos).
Alguien me dijo alguna vez que escribiera sobre unos sentimientos bien grandes que tenía hacia otra persona. Ahora lo entiendo, realmente es como sacarse un poco de peso de encima del alma.
Bueno, ahora puedo aprovechar y recostarme un rato más. Luego tengo varias cosas que hacer...Luego regreso acá...
Pero antes, les dejo algo que escribí hace algún tiempo. Es una idea que me surgió sobre una amiga que hace tiempo no veo (que espero le vaya muy bien), y que un dia me dio como una chispa, y no pude parar de escribir hasta que me salieron estos versos:

Somo como el sol, somos como la luna.
¿Quién es el sol, quién es la luna?
Tú y yo somos el sol, tú y yo somos la luna,
porque ambos hacemos
lo que la luna hace con el sol, lo que el sol con la luna.

La luna camina alrededor del sol,
siempre dándole su cara,
pendiente e él.
Recibiendo luz y calor,
sintiéndose por él amada.

El sol alumbra la luna,
le da calor, la acurruca.
Le da luz, para hacerla resaltar.
Le destaca sus matices,
y la muestra en su danzar
de día a día todos los meses.

Y aunque tengamos que esperar mucho, pero mucho tiempo,
valdrá la pena esperar
porque el sol y la luna así lo harán.
Porque el día llegará
luego de ese último día perfecto,
y se fundirán los dos en uno
en un abrazo eterno.

Un saludo a todo el que tenga uno de estos amores eternos que por alguna razón justificada o no (o acogida o no acogida) no se dieron, pero se recuerdan con cariño.

1 comentario:

  1. Hace tiempo no escribes en tu blog. Creeme que lo he vuelto a leer y ahora entiendo mejor lo que escribes. Te invito a que continues publicando entradas.

    ResponderEliminar